Cuando se estudia la arquitectura, o cualquier campo artístico realmente, podemos definir o encajonar estilos y corrientes a base de sus exponentes. Artistas, pintores, escultores, arquitectos… siempre tienen un precedente al que se le hace hincapié. Los arquitectos Rafael Moneo y Frank Gehry sin duda alguna forman parte de la lista de arquitectos que definieron y revolucionaron la arquitectura del siglo XX. Ya sea atándose a la historia, la forma o el espacio ambos arquitectos muestran un gran ingenio a la hora de dar vida a los escenarios del diario vivir.
La obra de Moneo puede ser catalogada como una que no se ata a ningún estilo o corriente artística especifica. Más bien en su obra se plasma la importancia de la historia y la naturaleza de un sitio. De esta forma los trabajos del arquitecto se destacan, no solo por sus formas, si no por el estrecho vínculo que crea entre el contexto existente, cultural y social con su arquitectura. Presentando una manera única de innovar y evolucionar cada vez, a través de las ataduras contextuales a la obra.
Por otro lado, Frank Gehry muestra con claridad la libertad de expresión que puede tener un edificio y crea línea complicada de distinguir entre la arquitectura y la escultura. Desde edificios con curvas expresivas y volúmenes masivos, el arquitecto muestra el dominio espacial y formativo que tiene de sus obras. Igualmente, a través del des-constructivismo muestra al mundo de la “post-modernidad” nuevas interpretaciones de lo que pueden ser los espacios del futuro, un claro ejemplo de esto siendo el museo Guggenheim en Bilbao.
Mas allá de las diferencias entre el uso de líneas rectas o líneas curvas, al estudiar detenidamente la obra de cada arquitecto se pueden hacer hincapiés en sus legados arquitectónicos. Por un lado Moneo destaca y presenta como al diseñar al unísono con los contextos de un sitio se pueden crear proyectos que trascienden el uso del espacio a experiencias totalmente sensoriales. Por el otro, Gehry muestra como la libertad de expresión de un edificio puede crear hitos a escala de una ciudad e igualmente a escala del humano, haciendo de la arquitectura y escultura uno. Ya sea la línea recta o la curva su método de expresión ambos arquitectos dejan un gran legado para el desarrollo de la arquitectura a futuro.
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